Es obvio que la felicidad es la antítesis de la infelicidad por eso sólo desde la comparación se puede establecer la cantidad de felicidad que uno vive.
Hoy sé que después de un tiempo malo con las contrariedades que la vida te pone al paso todo lo que va quedando es felicidad.
Hoy compruebo el gozo de ver personas paseando por un jardin o disfruto de una comida sentado en un bar o me ilusiono comprando baratijas en un zoco, si además te acompaña una persona buena bonita y sensible todo se vuelve felicidad y paz, tanto más cuanto más la echastes de menos en épocas anteriores.
De la maldad quedan vestigios en el subsconsciente que a veces te hacen despertar con pesadillas y te hacen mirar al policía de la frontera con cara de idiota cuando comprueba con insistencia tu pasaporte, pero si lo has superado te dá igual, hace su trabajo y te da las gracias cuando comprueba que tu acompañante no es la cerda que te denunció en falso.
La cerda no tiene juguetes ni esclavos a quienes explotar...y el tiempo hoy es largo y feliz como cuando era un niño. Marruecos de nuevo me pareció precioso y el mar inmenso como lo recordaba en mi juventud.
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